Epílogo

Queridos vierners, me temo que ha llegado el momento de poner fin a nuestra aventura de viernes tal y como la hemos concebido estos últimos años. La verdad es que es una idea que me lleva rondando un tiempo y finalmente parece que ha triunfado. Sin duda es una decisión triste y por eso me ha costado tanto tomarla pero en toda esta aventura la ilusión era la parte fundamental que impulsaba el trabajo de sacar un viernes cada mes y a la vez, la propia recompensa. Y por ahora, aunque me dé cierto vértigo ponerle fin, no me siento con fuerzas de seguir.
Me gusta pensar que el camino recorrido hasta aquí ha valido la pena, no sólo por los 1.439 posts repartidos en 185 números que ha tenido nuestra revista, ni siquiera por las 125 personas que habéis escrito al menos un articulo en ella, si no por todos y cada uno de los vierners. Los que escribíais habitualmente, los que dejabais vuestros comments enriqueciendo los posts (más de 4.000), los que la leíais e incluso aquellos que no le dedicabais mucha atención. Yo siempre concebí viernes con muchas caras y ese pienso que es el verdadero capital que nos deja. Un grupo de gente que disfruta compartiendo sus experiencias, sus viajes, sus emociones frente a una película, un libro, o una obra de teatro pero que también disfruta leyendo las de los demás. Por eso espero que ese espíritu de viernes no se pierda y quien sabe si con el tiempo retomaremos ésta u otra aventura para la que desde luego os necesitaremos a TODOS.
GRACIAS por todo. Ha sido una experiencia preciosa y sin CADA UNO de vosotros hubiera sido imposible.
Bss, ASM.

nº 185 viernes

Ayer tarde estaba con el stress del cierre de viernes, esperando un título y la corrección de un artículo desde Tailandia para enviárselo a ML en Estados Unidos y que lo pudiera incluir en el video. Y esto que parece muy cool es sólo un pequeño botón de la locura a la que me enfrento cada "viernes". Dice Toño que es como el cierre de un periódico pero como aquí ninguno somos profesionales y nos tenemos que ganar la vida con otros menesteres pues al final siempre vamos con el agua al cuello por falta de tiempo. No sé cuanto tiempo resistiremos antes de ahogarnos.
Bueno, al final parece que nos ha salido otro número de viernes. Y eso nos permite viajar hasta Laos. Desconozco cuantos vierners habréis estado allí pero seguro que después de leer a Antonio C. todos apuntaremos ese destino en nuestras agendas. TM nos trae una peli austriaca que trata un crudo tema, el turismo sexual en África. Poco se puede decir frente a la contundencia de las imágenes del trailer. Para suavizar el tono, la lectura recomendada es una historia mucho más amable. Seda de Alessandro Baricco es la elección de Daniel H. La música de MMP vuelve a viernes y con ella esos pequeños descubrimientos para incluir en nuestra banda sonora otoñal, como Stephanie Cadel, una francesa habitual de los escenarios valencianos. El teatro pasa por su cita anual en Mérida y Ana R recuerda para nosotros el montaje de Hécuba el clásico que este verano triunfó en las gradas emeritenses. La expo de Camile Pissarro ya terminó en el Thyssen pero aun así hemos querido hablar de ella en viernes porque fue extraordinaria y os la podéis encontrar en otra ciudad. Daniel H. fue uno de los muchos que se rindieron al pintor francés. Y, quien se resistiría a acercarse a la Costa da Morte y probar esos pescados y mariscos fresquísimos en la Peixeria Mar Viva en Corcubión, nuestro lugar en el mundo de octubre y el de María T. El Bar Lambuzo es un pedacito de Cádiz en Madrid. Estoy segura de que será un lugar de encuentro habitual de muchos vierners. En todas esas citas a buen seguro, estará Raquel. Y por último, nuestra serie favorita. Breaking Bad, la triunfadora de los recientes Emys que Héctor nos acerca a viernes para los que ya la conocéis y sobretodo para los que estamos buscando una serie para las tardes lluviosas de otoño.
Un beso, ASM.

Luang Prabang, La hora de la belleza

Una de mis aficiones de adolescente era trasladarme de un país a otro con la bola del mundo. Ahora me conformo con la revista de abordo, cuyos mapas te llevan por los destinos de la compañía aérea de turno. Tras miles de viajes virtuales, uno de esos lugares que se instalaron en mi imaginario fue Laos.
Los atlas lo dibujaban con una extraña forma en las profundidades de la Conchinchina, un nombre que sonaba a chiste. Su bandera pertenecía a ese grupo de naciones enigmáticas que despertaban curiosidad. Mi contacto con Laos se limitaba a sus apariciones fugaces en los relatos de los Jemeres Rojos o en las películas del Vietcong. Con esos antecedentes, el estereotipo no ofrecía dudas: Laos tenía que ser un inmenso arrozal por donde pululaban campesinos huidizos con el machete entre los dientes. Una creación salvaje del maoísmo.
Tras visitar Luang Prabang, descubrí una versión más exótica y literaria. La mezcla del refinamiento colonial francés con la rudeza comunista y la paz budista, componen una estampa conmovedora. La antigua capital del “reino del millón de elefantes” está encaramada sobre una pequeña península rodeada por el Mekong y uno de sus afluentes. La representación más pura de la Indochina francesa.
Comienza el día con cientos de monjes budistas recorriendo las calles en busca de comida. La procesión color azafrán avanza lentamente entre la neblina del amanecer envuelta en un silencio sepulcral. Devotos y turistas arrodillados llenan los cestos de los presuntos ascetas con arroz y dulces.
Como sucede en otras ciudades asiáticas, el budismo es lo que marca el carácter de Luang Prabang: desde el paisaje urbano a las decenas de templos o wats en cuyo interior los novicios corretean bajo la cómplice mirada de sus maestros. Las espartanas condiciones de vida de los wats son inversamente proporcionales a la felicidad de los monjes. Estos sobreviven gracias a la caridad matinal y acarician el tiempo meditando o rezando mantras. Así es la mili laosiana.
Callejear por el pueblo es sumergirse en la historia del país. El centro está dominado por el palacio real, morada de los reyes hasta que los rojos acabaron con ellos en 1975. Allí se fraguó la leyenda de un reino habitado por más elefantes que personas. La sobriedad de los salones del palacio retratan a una monarquía austera. Las vitrinas son una tienda de souvenirs repleta de quincallería regalada por los Jefes de Estado que visitaron Laos.
El comunismo está presente en los edificios oficiales donde aún ondea la hoz y el martillo. Todo sigue igual, hasta la obsesión maoísta por los alimentos orgánicos. En el mercado matinal no hay ni trampa ni cartón: los animales están vivos y las frutas y verduras penden con sus raíces. Un zoco asiático lleno de color y azotado por un aroma penetrante.
El mercado nocturno está dedicado al consumismo hippy (mochileros en versión moderna). Los más tradicionales disponen de una amplia gama de camisetas con estrellas, hoces y mártires revolucionarios. Para los postmodernos, la novedad son las bolsas de paja de la muy justa y comunista cooperativa del pueblo. Ideal para la compra del Mercadona. Los más sofisticados se inclinan por los imanes para la nevera, los complementos del IPhone, o las telas de colores. Comercio justo “made in China”.
Lo más autentico del mercado nocturno es el buffet de verduras, donde guiris tiesos de dinero y laosianos se ponen las botas por un euro. Me encantó, aunque comí con la aprensión lógica de estar desafiando al estómago.
La personalidad de Luang Prabang está marcada por la herencia francesa. Las casas alsacianas ponen un toque señorial que contrasta con el imparable avance del low cost asiático. Las mansiones coloniales acogen escuelas, edificios públicos u hoteles. Un viaje al Imperio de Napoleón III, cuando este soñaba con una Indochina francesa.
Pero Laos es también el imponente Mekong. Perderse por sus aguas es como abrazar el nirvana. El atardecer dibuja postales ogres y el reloj se detiene. A ambos lados del rio, poblados y wats retan al tiempo. Imágenes bucólicas acompañadas de dengue, malaria y bichos varios. Mi insecto favorito es el paederus, una avispa siniestra que acabó conmigo en el hospital. Justo castigo por recorrer montañas imposibles en bici de cestita persiguiendo paisajes idílicos y osos.
Después de la terrible herencia de guerras ajenas, Laos se aisló del mundo apoyándose en el budismo. Hoy la modernización está cambiando la realidad. Sin embargo, todavía permanece la inocencia de un pueblo dulce y ausente. Y con una joya colonial única: Luang Prabang.
Antonio C.


Paraíso: Amor

Director: Ulrich Seidl
Margarete Tiesel, Inge Maux, Peter Kazungu
Película sobre el turismo sexual femenino en África, tratado con una crudeza extrema. El director no ahorra ni un gramo de sordidez, ninguna luz en estos 120 minutos demoledores, en los que la escalada de una situación cada vez más tremenda resulta a ratos insoportable. Todo acompaña a esta sensación, el tema, la estética…
No me atrevo a recomendar en absoluto esta película, estoy segura de que va a  herir la sensibilidad de muchos. De eso se trata, creo: Cruda es la vida. Esto es lo que quiere reflejar el director, y doy fe que lo consigue.
La actriz protagonista está fantástica.
T.M.
 

Seda

Alessandro Baricco
Editorial Anagrama

Un libro es siempre un regalo. Si, además, te lo regalan, es un doble regalo. En este caso es una bella historia. ¡Triple regalo!
Es un relato corto que narra la vida de Hervé Joncour. Un hombre que, para vivir, compraba y vendía gusanos de seda.
Pero es mucho más. Es una historia de amor. Un amor tan discreto como intenso, que se desvela al final. Transcurre entre un pueblo del sur francés y un lugar escondido en el corazón de Japón, en la segunda mitad del siglo XIX.
Narrada con estilo, con elegancia. Es como un frasco con una esencia. Discreto pero intenso.
Ha sido un bonito descubrimiento. Vais a disfrutar mucho si lo leéis.
Daniel H.


 

Stephanie Cadel et la Caravane

“Una caravana es un sitio acogedor que invita al viaje y al encuentro. La nuestra acoge a músicos que se suben a lo largo de su recorrido, invita al público a un viaje musical lleno de emociones, sonidos variados y sinceridad. Quien se suba, comparte la aventura durante el tiempo de un concierto” confieso que me quede enganchada de esta caravana cuando los escuché en un concierto… sobre todo me quedé enganchada de su clarinete…..
Stéphanie, el origen del proyecto de la Caravane, es una joven cantautora francesa que después de haber tocado en varios países a lo largo de sus viajes por Colombia, Inglaterra o Francia, se asentó en Valencia haciéndose un hueco en su escenario musical. Entre chanson française y jazz, nos lleva a varios universos sonoros mezclando idiomas. Su “Caravane” es un proyecto musical abierto donde se suben músicos aportando cada uno nuevos universos. Cuenta con Mario al piano y al xilófono; Clara al clarinete; Siete Pulmones a la flauta travesera y al saxo; Judith a los coros acompañada de su ukulele o su pandereta… y Kazumi a la batería! En un tono sincero y natural, ofrecen un repertorio que entremezcla emociones y humor.
MMP

Hécuba

Mérida me esperaba este año con un estreno. José Carlos Plaza había regalado a Concha Velasco uno de los mejores papeles que una actriz puede soñar. La Hécuba de Aristófanes. La madre vengativa que es capaz de sacar los ojos a quien ha acabado con la vida de su hijo. La reina que habiendo nacido en palacio, acaba prisionera tras haber asistido a la muerte de su amado Héctor. La reina, que siendo prisionera junto al resto de las troyanas, tiene que asistir impotente al sacrificio de su hija por el capricho de los dioses (o más bien de la interpretación interesada que hace Aquiles de la voluntad de aquellos).
Dicen que la Velasco está soberbia en esta obra. Yo, no lo creo. Es una gran actriz y hace un buen papel. Pero yo creo que Mérida no se merece que un gran montaje no se remate. Tengo la sensación de que es una obra de encargo a alguien que ya no tiene que demostrar nada. Y se nota la falta de emoción, la falta de entrega (más en la dirección que en la Velasco, probablemente). Sólo Ifigenia consigue convencerme totalmente. Consigue emocionarme.
Disfruté mucho Mérida un año más. Me gusta que Mérida acoja teatro griego clásico. Envidié a Concha Velasco recibiendo una enorme ovación del público en las siete sillas. Pero creo que una gran actriz, debe sacar más fuerza para un papel como éste.
Ana R

Agenda. Pisarro

Museo Thyssen-Bornemisza
Del 4 de junio al 15 de septiembre de 2013
Amable. Quizás sea este el adjetivo que mejor defina la obra de Camille Pissarro.
Le gustaba pintar paisajes, aunque en casi todos ellos aparecen figuras humanas paseando, conversando paradas en un camino… Paisajes de gran belleza en los que predominan los colores claros. Es por la luz. Me maravilla cómo es capaz de jugar con las tonalidades para iluminarlo todo. Incluso los días nublados son luminosos, alegres. Es fantástico. No hay días grises.
Sólo recuerdo dos retratos. Uno de una niña, su hija, y es magnífico. El otro retrato es el suyo propio. En él se ve a un hombre de rostro sereno y gesto bondadoso. Lo pintó en 1903, el último año de su vida.
El museo ha recogido en esta exposición una magnífica colección en la que no sobra nada. Las salas recorren la vida del pintor en los distintos lugares en que ha residido. Los cuadros son imágenes de estos lugares.
Salí del museo con una sonrisa en el alma y un sentimiento de paz.
Daniel H 

ULM: Peixería Mar Viva. Corcubión.

Plaza Castelao, 16
Corcubión. Galicia
Corbución es una hermosa villa gallega a la que los veraneantes llaman la Niza de la "Costa da Morte". Y es que la llegada a Corcubión, sobre todo cuando está cayendo el sol, es espectacular... una vista de la ría y los barquitos pesqueros por un lado y las casas nobles de estilo marinero con sus miradores al otro lado, reciben al impactado visitante.
Esta villa fue declarada en 1984 conjunto artístico e histórico por la importancia y particularidad de sus construcciones compuestas por casas nobles y calles maravillosas con amplias galerías y balcones que tienen la envidiable vista al mar de la Costa Da Morte.
Y como buen pueblo gallego, no defrauda tampoco por su excelente gastronomía y sobre todo el buenísimo y fresquísimo pescado y marisco. Entre los distintos sitios que en estos años recientes han ido abriendo sus puertas en Corcubión, yo os quiero hablar del que he conocido este verano, por su buena situación, en la plaza de la Fuente con vistas al mar, por el gusto en la decoración, trato afable y calidad exquisita. Y todo a precios razonables: Es la Peixeria MAR VIVA.
Se trata de una iniciativa de vanguardia donde se reúne lo mejor del mar y las mejores elaboraciones culinarias de la cocina gallega en un solo local. Cuando llegas al local, te parecerá entrar en una pescadería y el sistema es que eliges el pescado que deseas tomar y la forma en que quieres que te lo preparen, después te dan el número de la mesa donde debes sentarte a donde te llevarán el suculento plato acompañado por supuesto de un buen ribeiro o albariño.
Su filosofía: "Una buena materia prima, tratada con delicadeza para obtener un producto de la más alta calidad". En definitiva, Corcubión es una villa con una pequeña playa y puerto en la que descansar, comer, volver a descansar y disfrutar del paisaje.
MT 

Pongamos que hablo de Madrid. Bar Lambuzo

Abacería & Tapas
C/ de las Conchas, 9
Tfno: 911434862
Los que me conocen bien saben que repito mucho los sitios que me gustan y a éste en una semana ya he ido dos veces.
Es un rinconcito de Cádiz en el centro de Madrid, propiedad de una familia de la sierra gaditana.
Su nombre es curioso y, en la jerga gaditana se refiere a "aquella persona que le gusta probar todo lo que le pongan delante, esté en su plato o en el de su acompañante"
La terracita es pequeña y el local muy agradable, coqueto y acogedor. A la entrada está la barra y un salón con mesas y taburetes altos. Las paredes están decoradas con un botellero originario del s.XIX que alberga miles de botellas y algunos cuadros de estilo impresionista junto a piezas de ganchillo (obra de M.José, la matriarca). Al fondo el comedor.
Es una Abacería y bar de tapas de auténtica cocina gaditana casera dónde la materia prima es mayoritariamente andaluza. Puedes encontrar entre otras cosas saquitos de garbanzos de Chiclana, Quesos de Villamartín, Aceites de Olvera y Manteca colorá de Prado del Rey.
Yo he comido las dos veces que he ido lo mismo (por eso de que repito lo que me gusta): Coquinas al oloroso, Atún rojo con pisto y arroz y Mojama de Barbate con lima y pimienta, Todo riquísimo. En la carta puedes encontrar platos tan apetecibles como "Papas aliñás" con caballa de Tarifa y Croquetas de ortiguillas y de tortillitas de camarones. No he probado los postres pero dicen que la tarta de queso está deliciosa.
Los camareros son muy simpáticos y atentos y la relación calidad -precio es excelente.
Volveré y os animo a que vayáis y disfrutéis tanto como yo.
RA

Mi serie favorita: Breaking Bad

La fenomenal canción-resumen de Breaking Bad que hicieron los Cuates de Sinaloa para sus plebes dice “La ciudad se llama Dulles, Nuevo México el estado, entre la gente mafiosa su fama se ha propagado, a causa de una nueva droga que los gringos han creado. Dicen que es color azul y que es pura calidad […]. Y los dueños de la plaza no la pudieron parar […]”. Más o menos esto es lo que sucede en la serie que ha arrasado en la última entrega de los premios Emmy.
 


BB estira la cantinela de que todos tenemos un lado perverso, y que lo mejor que le puede pasar a quienes nos rodean es que la vida no nos ponga contra las cuerdas y emerja el lado oscuro. Walter White es uno de esos genios que viven arrinconados en el olvido por no ser un trepa y pagar lo que debe. White trabaja como profesor de química en un instituto y se viste de franela gris. Cuando le diagnostican un cáncer acompañado del peor de los pronósticos, se plantea cuál es su legado y el destino de su hipoteca y su familia: su mujer, la irritante Skyler, y su descendencia (que incluye a un hijo discapacitado). Es entonces cuando se despierta su ángel exterminador y, junto con Jesse Pinkman, comienzan a producir y distribuir un cristal azul que, dicen los Cuates, es de tal pureza que su fama llega a Michoacán. Por su parte, Pinkman es el ejemplo perfecto del inútil fracasado, hijo de la clase media de misa dominical que, tras haberse fumado y bebido el Misisipi, anda dando tumbos por la vida como vaca sin cencerro.
White y Pinkman tienen el atractivo de otras sociedades legendarias como “el Gordo y el Flaco”, aunque están impregnados del olor a ajo de los pueblos. El negocio que ponen en marcha tiene dos objetivos iniciales. Por un lado, garantizar un colchón que permita a los White sobrevivir al magro sistema de bienestar norteamericano (que no te pille un cáncer ni una viudez sin un buen seguro). Por el otro, que Pinkman pueda comprarse diecisiete iPhones. Después, como en esas noches en las que se sale sólo para tomarse una caña, llega el éxito.
Cada domingo, los White hacen alegres barbacoas con la hermana de Skyler, una ñoña con rebeca y tacones de aguja y su marido Hank. Éste es el mayor apoyo para Walter durante su enfermedad y el agente de la DEA encargado de desarticular las redes de narcotraficantes de todo Nuevo México. Hank, ante cuyos ojos pasa la vida, es un buen hombre, aunque pertenece al grupo de los que no han sabido llegar al siglo XXI con un concepto de la masculinidad mínimamente respetable.
Un pequeño spoiler, en algun punto la serie describe las relaciones entre las mafias de ambos lados de la frontera. Y lo hace a través de algunos de los malos más grotescos y delirantes que se han visto en la historia de esta sección de Viernes.
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